Entorno

A escasos 4 kilómetros al este de Berge se alza la Torre Piquer, una solitaria y singular torre defensiva bajomedieval, dominando el barranco de Valdecastillo. De planta cuadrada y más de diez metros de altura, su acceso elevado mediante escalera desmontable revela su claro carácter militar. Su estructura sobria, con puerta de medio punto y matacanes defensivos, sugiere una función de vigilancia del antiguo camino hacia Seno y Castellote. Destaca por su rareza frente a las habituales masías fortificadas del Maestrazgo. Es un Bien de Interés Cultural. 

Se alza sobre un promontorio que domina el río Guadalopillo, en un entorno de gran belleza natural. Según la tradición, fue erigido tras la aparición de la Virgen a un pastor, aunque la estructura original fue destruida en 1936 por una enorme piedra. En 1950 se reconstruyó con un tamaño menor y planta rectangular, cabecera achaflanada y ventanas de medio punto. Un porche da acceso a su única nave. Junto a ella se encuentra la casa del ermitaño, ahora habilitada para celebraciones. Un Vía Crucis natural guía a los peregrinos hasta este lugar sagrado.

Es uno de los principales atractivos naturales de la zona. Destaca por su belleza paisajística, su zona recreativa y las actividades que ofrece, como la pesca deportiva. Rodeado de barrancos, cañones y pinares, y destinado también al riego agrícola, este espacio combina naturaleza, ocio y funcionalidad, atrayendo a numerosos visitantes durante todo el año.

La riera forma parte de un valioso paisaje cultural y natural, donde estos singulares árboles se alinean junto al río. Poda tras poda, generación tras generación, los vecinos han dado forma a estos chopos para obtener leña, madera y forraje, creando ejemplares de tronco grueso y copa renovada, verdaderos monumentos vivos. 

En el corazón de Berge encontramos una valiosa muestra de patrimonio hidráulico tradicional: un conjunto formado por fuente, abrevadero y lavadero, diseñado de forma funcional para aprovechar el agua de forma consecutiva. La fuente, construida en piedra sillar, se alza con un arco de medio punto y cubierta. Junto a ella, el abrevadero, también de piedra, presenta forma rectangular y servía para dar de beber al ganado, actividad esencial del mundo rural. Ambos datan de 1817, bajo el reinado de Fernando VII, y fueron reformados en 1920.

Los orígenes ee remontan a época ibérica y se extienden, al menos, hasta el periodo visigodo, como evidencian los hallazgos del yacimiento de la Virgen de la Peña. En la Edad Media, el municipio formó parte de la encomienda de Calatrava, influyente orden militar y religiosa. Con la pérdida de poder de la orden, Berge pasó por distintas jurisdicciones administrativas: la sobrecullida, vereda y corregimiento de Alcañiz, hasta constituirse como Ayuntamiento en 1834. Inicialmente perteneció al partido judicial de Castellote y, desde 1965, al de Alcañiz. 

Ofrecen un fascinante viaje al interior de la tierra. Este Monumento Natural alberga una red de salas conectadas por galerías, decoradas con espectaculares estalactitas, estalagmitas, columnas y cortinas de colores y formas sorprendentes. Además de su belleza geológica, las cuevas contienen restos fósiles y fauna viva, siendo un referente en procesos endokársticos. Descubiertas en 1961, en su interior se halló el enterramiento del Hombre de Molinos, el homínido más antiguo de Aragón.

Es una carretera panorámica que recorre la provincia de Teruel a lo largo de la A-1702, atravesando uno de los paisajes más sobrecogedores de Aragón. Aquí, la naturaleza habla a través de cañones vertiginosos, pliegues alpinos y formaciones como los imponentes Órganos de Montoro. En este entorno salvaje habitan buitres leonados, cabras montesas y una tranquilidad que invita a la contemplación. Aunque a veces es frecuentada por moteros, sigue siendo un refugio de calma y belleza. 

Su trazado medieval invita a perderse por sus calles, donde templarios, carlistas y sanjuanistas dejaron huella. En su Plaza Porticada se alza la majestuosa Iglesia de la Asunción, y junto a ella, la Torre de la iglesia, que guarda una antigua escuela y reliquias locales. El Museo de las Guerras Carlistas narra la historia de Ramón Cabrera, el Tigre del Maestrazgo. Sus senderos naturales conducen a rincones como el Mirador de la Tarayuela o la Fuente de la Faldrija, siempre bajo la atenta mirada del buitre leonado.

Rodeado por la Sierra de la Cañada y atravesado por el río que da nombre al pueblo, ofrece un marco incomparable para los amantes del senderismo. Su ruta más emblemática conduce al nacimiento del río Pitarque, un recorrido sencillo pero de espectacular belleza, entre paredes rocosas, vegetación exuberante y pozas cristalinas. El casco urbano de Pitarque, con arquitectura popular y la iglesia de Santa María, complementa este destino de naturaleza y cultura.

Está coronado por su imponente castillo gótico, conectado directamente con la iglesia de Santa María la Mayor, joya del gótico aragonés. Se accede a su plaza Mayor cruzando el emblemático puente de piedra y el portal de San Roque, puerta de entrada a un casco antiguo declarado Conjunto Histórico. Entre sus calles medievales se alzan nobles mansiones y el ayuntamiento renacentista, símbolo del esplendor local. La historia del castillo comienza en el siglo XII como torreón defensivo y se transforma en palacio bajo dominio eclesiástico. También destaca el observatorio de aves de Mas de Bunyol, inmerso en una reserva de buitres.

Se alza junto al río Guadalope, coronada por el majestuoso castillo de la Orden de Calatrava, hoy convertido en Parador Nacional. Su plaza de España, con el ayuntamiento renacentista y la antigua lonja medieval, refleja su esplendor histórico. Bajo la oficina de turismo, pasadizos subterráneos revelan su importancia en la Edad Media. Destacan la ex-colegiata de Santa María y varios templos barrocos. Alcañiz también brilla por su Semana Santa, su papel en la Ruta del Tambor y el Bombo, el circuito internacional Motorland Aragón y su rica herencia íbera.

Se alza junto al río Guadalope, coronada por el majestuoso castillo de la Orden de Calatrava, hoy convertido en Parador Nacional. Su plaza de España, con el ayuntamiento renacentista y la antigua lonja medieval, refleja su esplendor histórico. Bajo la oficina de turismo, pasadizos subterráneos revelan su importancia en la Edad Media. Destacan la ex-colegiata de Santa María y varios templos barrocos. Alcañiz también brilla por su Semana Santa, su papel en la Ruta del Tambor y el Bombo, el circuito internacional Motorland Aragón y su rica herencia íbera.

Es uno de los complejos de velocidad más importantes de Europa. Inaugurado en 2009, acoge cada año competiciones internacionales de primer nivel como el MotoGP, el WorldSBK o el FIA World Endurance Championship. Diseñado por el prestigioso arquitecto Hermann Tilke, cuenta con un trazado técnico y exigente que lo convierte en favorito tanto para pilotos profesionales como para aficionados. MotorLand no solo es velocidad: ofrece también instalaciones para karting, motocross y actividades de formación y ocio, consolidándose como un referente en el mundo del motor y el turismo deportivo.